El Bondi Celeste no refiere a un modelo de colectivo preexistente. Mera fantasía del autor que nos retrotrae a la década del 40 en estilo, y a lo lúdico en sus caricaturescas formas exageradas. El delicado fileteado monocromático realza la pieza, pero tampoco alude a las convenciones de este arte aplicado a los colectivos porteños.
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